abr 02

Lo que de verdad pasa en las cumbres internacionales

Tag: G20 Ignacio Escolar @ 13:19

La anécdota es del periodista José Antonio Martínez Soler, que entonces trabajaba en TVE. Fue durante una visita del presidente de Estados Unidos a España, una importante y reunión bilateral entre Bill Clinton y Felipe González en la Moncloa. Después de un buen rato de espera, a Martínez Soler le entraron ganas de mear, así que se puso a buscar el baño. Por error, acabó abriendo la puerta de la sala donde estaban sentados Clinton y Felipe. Y como Martínez Soler nunca ha sido tímido, aprovechó la ocasión para entrar dentro, andando en la sala como si fuese alguien del protocolo. “Me los encontré con unos platos de aceite en la mesa. Felipe le estaba enseñando a Clinton cómo mojar pan en aceite”, recuerda Martínez Soler, que dio una vuelta a la sala rodeando la mesa con cara circunspecta, saludó a un Felipe que le miraba anonadado y salió después por la misma puerta, abandonando la crucial cumbre internacional.

9 comentarios en “Lo que de verdad pasa en las cumbres internacionales”

  1. # Small Blue Thing dice:
  2. #0 Juanma dice:

    O sea, que a las cumbres se va a mojar.

  3. #0 Ossiana dice:

    A alguien se le ocurre a que recreativas actividades se están dedicando ahora esos seres presuntamente superiores que presuntamente rigen nuestros destinos (mientras los deberes se lo hace la corte de asesores)?

  4. #0 Ossiana dice:

    Vale, Juanma,. Mojar es una posibilidad. Yo aventuro fiesta de pijamas ( hoy no tengo la imaginación muy chisposa).

  5. #0 Fito dice:

    #2 Pero cuidado, que lo mismo te encuentras al que pierde aceite.

  6. #0 Small Blue Thing dice:

    Habeis convertido una discusión muy seria en un festival de la humorada sin nivel ninguno. Has perdido un lector.

  7. #0 Small Blue Thing dice:

    ¡Que nooooo!

  8. #0 Anonymouse dice:

    No cabe duda de que González fue un gran presidente, como dijo Rajoy el otro día. Es que esto es muy grande, joder.

  9. #0 bernalrevert dice:

    Me encanta la anécdota. Olé Soler.