Héctor Juanatey
El 20 de noviembre, o 20-N para los próximos meses, coincide curiosamente con el nacimiento de un matemático que, sin saberlo en su momento, tendrá mucho que decir en el resultado electoral. Más allá de quien sea el primer o segundo partido más votado y los pactos que hagan este o aquel, el actual e injusto régimen electoral ---que utiliza el sistema creado por el matemático belga Victor d'Hondt, sumado al límite del 3% de los votos que exige la ley electoral española a los partidos para obtener representación parlamentaria, y la existencia de las circunscripciones provinciales--- condicionará en gran medida la Presidencia del Gobierno.
Pese a que el lema “No nos representan” es, más que un grito contra la democracia, un mensaje de enfado contra la política alejada de los intereses ciudadanos, hay un gran número de personas que podrían hacer suya la afirmación con todo lo que ello implica: no están representados. Su voto no es tenido en cuenta ---o sí, pero apenas vale algo---. Y si no, vayamos a los datos de las anteriores elecciones generales. Los resultados fueron los siguientes: PSOE, 169 escaños con 11.288.698 votos; PP, 154 escaños con 10.277.809 votos; IU-ICV, 2 escaños con 969.871 votos; CiU, 10 escaños con 779.425 votos; PNV, 6 escaños con 306.128 votos; UPyD, un escaño con 306.078 votos; ERC, 3 escaños con 298.139 votos; BNG, 2 escaños con 212.543 votos; y, por último, NaBai, un escaño con 62.398 votos.
Las cifras cantan por sí solas, sobre todo en el caso de IU-ICV y UPyD. Los primeros tuvieron que conseguir 484.935 votos por cada diputado, mientras que la formación de Rosa Díez necesitó el total de sus votos para ocupar tan solo un escaño del Congreso. Llama la atención observar cómo cada escaño de los dos grandes partidos se pagó a más de 400.000 votos menos que, por ejemplo, Izquierda Unida (el PSOE consiguió un asiento en la Cámara por 66.797 votos; el PP, por 66.739). ¿Y los demás? CiU obtuvo diez escaños por 77.942 votos cada uno; ERC, por 99.379 votos; BNG, por
106.271; y CC, por 87.314. Solo a PNV y NaBai les salió a cuenta la ley electoral, mejor incluso que a PSOE y PP: los vascos consiguieron cada escaño por 51.021 votos y los navarros tuvieron el suyo por 62.398.
Las trabas a una posible reforma de la ley electoral que trajese consigo la verdadera representatividad proporcional son continuas, sobre todo por parte de esos partidos que salen bien parados. Para una mejora importante de nuestra democracia hace falta, cuanto antes, un Gobierno que apueste firmemente por esta vía reformista. Mientras eso no ocurra, muchas personas continuarán viendo, a lo lejos, el transcurso de una democracia endeble.
0