La izquierda y el síndrome Frankenstein
“En una sociedad en la que la tecnología está al servicio de unos intereses de clase y bajo el control de una élite altamente especializada, es comprensible que los no iniciados –ni beneficiarios– contemplen el “progreso” tecnológico con cierto recelo, cuando no con positivo temor. Un temor que, cuando faltan la información y la capacidad crítica necesarias para llegar al fondo de la cuestión, se convierte fácilmente en temor irracional a la cosa en sí –la tecnología, en este caso– en vez de centrarse en su manipulación clasista, auténtica razón de que la ciencia y la tecnología avanzada puedan constituir una amenaza. Este temor –al que cabe llamar tecnofobia– presenta dos aspectos principales: por una parte, el miedo al poder destructivo y avasallador de ciertos “logros” tecnológicos; por otra, el temor de que la máquina desplace al hombre como productor, cosa que en una sociedad equitativa y racional debería contemplarse como una gozosa liberación, pero que en la nuestra, basada en la explotación y la competencia, supone una constante amenaza para los trabajadores (...)”
Carlo Frabetti, 1979.
Fragmento de la introducción a la edición española de Ciberíada, Stanislaw Lem (gracias por el libro, Nico).
Da la casualidad de que también he comenzado a leer “El libro de la bola de cristal”, de Lolo Rico. En aquel mítico programa de televisión, Frabetti formaba parte del equipo de guionistas junto a Santiago Alba Rico, el creador –con la ayuda de los electroduendes– del mejor manual de marxismo para niños: ¡Viva el Mal! ¡Viva el Capital!.
Ambos son hoy articulistas habituales en el diario Gara. Por decirlo de un modo suave, me gustan más cuando no utilizan las palabras terrorismo de estado cada cuatro líneas.
Publicado por Ignacio Escolar a las Julio 13, 2003 09:02 PM | TrackBack
no me gusta que me apunten a la cabeza con un arma mientras me hablan de "terrorismo de estado" o de "presos políticos" cuando revientan niños, o de que se paguen su prensa con "impuestos revolucionarios", me gustaría que no se criminalizase el nacionalismo (pacifico) y que se pudiera decidir en las urnas, pero la estupidez politica de unos y el bien vivir como asesinos mercenarios de los otros no nos vana dejar vivir tranquilos. mierda