El cuento del UMTS
Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad. Tanto que el ministerio de Industria puede rebajar las condiciones de inversión a los ganadores de las licencias de telefonía de tercera generación, el UMTS, y que las condiciones de servicio y cobertura “prácticamente” ni se noten, ni traspasen. Francisco Ros, el nuevo secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, ha dado un nuevo regalo a los operadores de telefonía móvil, ese necesitado sector que cada año mejora sus beneficios.
Cuando se concedieron las licencias de los nuevos móviles, en mayo de 2000, los ganadores se comprometieron a invertir 14.400 millones de euros en las infraestructuras necesarias para que la red estuviese lista y funcionando antes del 1 de agosto de 2001. Tres años más tarde, después de sucesivas rebajas y aplazamientos, la inversión mínima comprometida por avales se ha reducido hasta 5.060 millones de euros, aunque el Gobierno espera (la esperanza es lo último que se pierde) que se alcancen los 11.200 millones en una década desde la puesta en marcha del servicio. Telefónica y Vodafone ya tienen el UMTS funcionando, aunque sólo en algunas grandes ciudades. Amena comenzará, dicen, en octubre. Y el cuarto en discordia, Xfera, no saldrá al mercado hasta dentro de un año; como pronto y sólo si escampa.
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Publicado por Ignacio Escolar a las Junio 18, 2004 07:04 PM | TrackBack
There can be no other truth to take off from than this: I think, therefore, I exist. There we have the absolute truth of consciousness becoming aware of itself.