Diciembre 29, 2004

Ese pedazo de onda

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1983. Brian Eno, John Chowning y el Yamaha DX7

Programar un teclado DX7 era lo más parecido a una pesadilla, o a un cálculo balístico. Coja una onda simple en forma de seno, creada por una fórmula matemática mediante osciladores digitales. Luego otra de distinto rango que puede utilizar para añadir un nuevo matiz al sonido o para modificar alguno de los parámetros de la primera onda. Y después otra más, y otra, y otra, peinando cada pequeño detalle desde un mínimo teclado con una pantalla de dos líneas de LCD a través de una interfaz demoníaca, digna de un teléfono Motorola de los antiguos. Así, hasta llegar a seis ondas puras que se intercalan entre sí, actuando como un ente complejo que se modifica a sí mismo a cada paso que da. Es inevitable diseñar algo que suene. Pero pruebe a recrear un piano o una trompeta con este modelo abstracto de síntesis, digno de ser estudiado como ejemplo práctico de la teoría del caos. Les aseguro que es posible: Brian Eno lo hace. Cientos de miles de personas más lo han intentado. Muy pocos pueden presumir de haberlo conseguido.

El responsable de este complejo sistema de modelado del sonido, llamado síntesis FM, es John Chowning. En 1964 era un profesor de la Universidad de Stanford apasionado por la música. Como este centro no contaba con los entonces caros sintetizadores analógicos, Chowning comenzó a investigar con lo que tenía más a mano: uno de los superordenadores de la época. Años después sus experimentos desembocarían en una nueva forma de crear sonidos que, en la década de los setenta, vendería a Yamaha. Aunque Chowning nunca ha desvelado por cuánto traspasó su invento, lo que es seguro es que la compañía japonesa hizo con la compra un buen negocio.

El DX7 desembarcó en el mercado en 1983, con el ocaso de los antiguos reyes, sus majestades los sintetizadores analógicos. Ofrecía muchas ventajas frente al antiguo régimen. Para empezar, al ser digital, no se desafinaba nunca. Era polifónico –capaz de reproducir varias notas al mismo tiempo– y multitímbrico –podía recrear simultáneamente hasta 16 sonidos distintos, casi una orquesta completa–. Su principal padrino artístico fue Brian Eno, el músico con alma de matemático y padre del ambient, que presume de contar con varios de estos sintes entre su colección. Eno fue también el que descubrió el DX7 a U2: para algo era él su productor. Sus brillantes sonidos se pueden rastrear con facilidad en los primeros discos de los irlandeses.

El Yamaha DX7 se convirtió pronto en uno de los sintetizadores de más éxito de la historia de los instrumentos musicales. Su caso no es el cuento del patito feo, el de la Tr-909 o la Tb-303 de Roland, máquinas que se convirtieron en cotizadísimos cisnes años después de abandonar las cadenas de producción. El DX7 nació con estrella casi desde el primer día. Yamaha tuvo serios problemas para cubrir la fuerte demanda que originó la nueva maravilla.

Hasta que abandonó la fabrica, en 1987, se vendieron más de 160.000 unidades. Gran parte de ellas, gracias a su robusto diseño, siguen en funcionamiento. El DX7 es hoy relativamente sencillo de encontrar en subastas de Internet por precios que rondan los 300 euros. Pese a su condición de clásico, no se ha revalorizado con el tiempo. Al ser un teclado digital, resulta sencillo de emular mediante software.

Pero aunque los ordenadores han acabado con su cotización, también le han dado nueva vida. Gracias a programas como SoundDiver, sus propietarios pueden ahora editar sus sonidos con una facilidad pasmosa mediante el ratón. Aunque ahora no hay que pegarse de menú en menú con el DX7, el mérito de crear instrumentos únicos sigue siendo, como antes, del que se sienta ante los controles. Sus seis ondas combinadas entre sí no tienen nada de simple.

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Publicado por Ignacio Escolar a las Diciembre 29, 2004 01:14 PM | TrackBack


Comentarios

Buen artículo, sólo decir que la fórmula no crea la onda sino que es el modelo que la describe. Felices fiestas.

Publicado por: sopistant a las Diciembre 29, 2004 03:03 PM

Un error de detalle: el DX-7 original (tambien conocido como Mark I) tenia 16 notas de polifonía, pero era monotímbrico (sólo un programa de sonido a la vez), con lo que para simular la orquesta que se sugiere en el artículo se hubiesen necesitado varias unidades DX-7 funcionando simultaneamente. Esto mejoró con el DX-7 II, bitímbrico (a costa de una polífonia de 8 notas en este modo), pero un DX-7 multitímbrico sólo existe en version módulo TX sin teclado (o en software). Recomiendo visitar las páginas en inglés "Dave Benson's DX-7 Page" (http://www.math.uga.edu/~djb/html/dx7.html) y "Unofficial Yamaha DX7 resource centre" (http://www.thedx7.co.uk/).

Publicado por: Lluís Paloma Sànchez a las Diciembre 29, 2004 08:42 PM

Nacho, en cada clase hay un empollón XD

La verdad es que leyendo el texto de Lluis no me entero de nada XD

Publicado por: POlimorficamente Perverso a las Diciembre 29, 2004 09:07 PM

la compañía de software native-instruments ha emulado el dx7 con su plug-in fm7.Más detalles en native-instruments.com

Publicado por: lano a las Diciembre 30, 2004 11:16 AM

Unas aportaciones pequeñitas así al vuelo:

o El Yamaha DX-7 fue uno de los primeros sintetizadores con MIDI, ese protocolo nacido de la colaboración de los gigantes del mercado, y que sí revolucionó la creación musical con tecnología. Gracias al MIDI cualquier teclado digital puede controlar cualquier generador de sonidos digital, y la reproducción quedar registrada en un secuenciador para ser editada y repetida cuantas veces haga falta.

o Gracias a la síntesis digital FM, la onda resultante es más rica en armónicos que las ondas que la originan. En realidad en la implementación original del DX-7 éstas son un solo armónico, tonos puros. Esto resulta físicamente imposible en la síntesis analógica sustractiva original, donde la única forma de forzar el contenido armónico es jugar con la resonancia de los filtros.

o Tanto el DX-7 como algunos de sus hermanos como el DX-11 son teclados de una calidad de construcción difícilmente superable e, incluso como simples teclados maestros, merece la pena su compra en el mercado de segunda mano para el estudio actual.

o Yamaha otorgó una licencia a Creative para incorporar la síntesis FM a sus tarjetas de sonido de la serie Sound Blaster, grandísima parte de su éxito inicial y de su posterior dominio del mercado. Sí, aquellos presets tan feos de aquellas primeras tarjetas de sonido tienen el mismo diseño que los presets de los sintes grandes Yamaha si bien, claro, ni suenan tan densos, ni tan contundentes, ni tan ricos armónicamente como los que salen de las tripas de uno de éstos conectado a un buen amplificador.

o El trabajo de Brian Eno con estos sintes resalta muchísimo más en sus producciones para Talking Heads que en aquellas para U2.

Publicado por: kurtz a las Enero 1, 2005 11:04 PM

Otra corrección sobre la corrección: el TX7 es monotímbrico. No deja de ser un DX7 SIN teclado y sin interfaz de programación. El resto, incluido so brutal DAC de 12 bits, es calcado del DX7 y por ello una buena y económica forma de replicar su sonido.

Publicado por: Alan May a las Enero 4, 2005 03:23 AM
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