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Diciembre 05, 2006

La Nave

El autor, mi amigo Antonio Orejudo, me ha dado permiso para que comparta con vosotros una de las novelas cortas más divertidas que he leído en los últimos tiempos. Se titula La Nave y salió en papel hace tres años en una edición del servicio de publicaciones de La Junta hoy imposible de encontrar. Son ocho capítulos que se leen de un tirón y saldrán publicados aquí, en cómodas entregas tamaño blog. Espero que os guste tanto como a mí.

La Nave

Por Antonio Orejudo

Capítulo 1. Menores silvestres

La historia que te voy a contar sucedió a principios del año 25890, lo cual nos obliga a realizar un largo viaje en el tiempo, algo que nunca podrás hacer tú con tu coche, por muy potente y descapotable que sea. Mira, en aquel año maldito de 25890 unas lechugas en mal estado que unos fruteros piratas habían repartido por todo el universo aniquilaron de la faz de la tierra, como vulgarmente se dice, todo vestigio de espermatozoides. Cinco siglos después se descubrió que la cosa se curaba, como todo, con una aspirina efervescente; pero durante una larga temporada no nació menor alguno, y todos los socios, Fumadores y No-Fumadores, tenían una psicosis de padre y muy señor mío.

Aparecieron curanderos que vendían lociones milagrosas y mafias que traficaban con el último esperma fértil que quedaba en el mundo, el que vertían dos profesores de griego que no se comieron la guarnición que venía con el filete aquel fatídico mediodía y que pedían verdaderas fortunas por sus eyaculaciones. Empresas de nuevo cuño con ramificaciones políticas lo adulteraban diluyéndolo en agua destilada para batería de nave espacial, lo embotellaban y lo vendían al detall a unos precios astronómicos que sólo podían adquirir las socias de los clubes más poderosos.

Los pocos menores que nacieron en aquella época eran bendiciones de Dios, seres sagrados e indicios de riqueza. Para garantizar su felicidad y su conservación, se aprobaron normas como la Ley del Inocente, que los liberaba de toda responsabilidad penal incluso en la comisión de delitos. Hoy día esta ley no tiene sentido, y lo que hace es amparar las hordas de menores silvestres, aquellos que nacieron tras la crisis seminal que he mencionado.

Una vez que la aspirina efervescente venció los terribles efectos de aquellas lechugas en mal estado, todos los socios, Fumadores y No-Fumadores, quisieron tener hijos. Pero era difícil ponerse a ello. En aquel tiempo la gente tenía tanto trabajo en la oficina, que sólo podía ofrecer a sus hijos la atención y el cuidado que demandaban una vez que se habían jubilado. Así que muchas mujeres esperaron hasta los setenta para quedarse embarazadas. Las técnicas de fecundación artificial aplicadas a ancianas habían avanzado una barbaridad y nacieron bastantes niños. Lo malo es que muchos de ellos se quedaban huérfanos muy temprano. La mayoría de sus padres se morían de muerte natural al principio de sus adolescencias, o de un infarto mientras jugaban con sus hijos al escondite inglés. A causa de esto se fueron creando hordas de niños silvestres, huérfanos salvajes que terminaron viviendo bajo el suelo de las marisquerías. Eran muy pequeños, tenían bigote, la cara llena de granos y se pasaban el día masturbándose y sorbiendo restos de marisco; eso les entretenía. Pero en cuanto se les acababan las cabezas de gamba se aburrían y entonces eran temibles; salían a la superficie y atentaban contra la convivencia pacífica entre Fumadores y No-fumadores. Los únicos que eran capaces de plantar cara a los menores eran los basureros.

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Capítulo 2. Los basureros

Los residuos de la gran ciudad habían alcanzado unos niveles tan altos de toxicidad que si los basureros se hubiesen negado a recogerlos, la humanidad entera habría perecido. El planeta entero se convirtió en rehén de los recogedores de basura. Sus reivindicaciones salariales, sus tendencias en la moda y sus inclinaciones políticas eran asumidas inmediatamente por todos los socios.

Los basureros convencieron a la gente para que considerara inmoral cualquier actitud que supusiese directa o indirectamente reducir la producción de residuos, porque si no hubiera desechos, a ver de qué vivían ellos. Cada vez estaba peor visto comprar bienes de segunda mano o usar los electrodomésticos hasta que dejaran de funcionar. Ambas actitudes eran más propias de integristas y narcotraficantes que de socios y abonados. Si te veían reparando un pinchazo, los vecinos murmuraban, no gustaba. Había que comprar otra bici.

Se prohibieron terminantemente las reparaciones y los afiladores, los servicios de postventa también quedaron fuera de la ley. Si te comprabas una tele y se te rompía al día siguiente, te jodías, no había garantía que valiese, tenías que desmontarla, identificar el material de cada pieza y depositarla en la bolsa correspondiente. Esa era otra: la preparación de las bolsas de basura se convirtió en la actividad más importante del día, la única en la que participarían padres e hijos, dejando a un lado, por un momento, sus diferencias generacionales y sus dificultades de comunicación.

Clasificar los diferentes tipos de basura era una tarea complicada que requería paciencia y unos conocimientos que no se adquirían en cualquier sitio. Había que saber distinguir al tacto, o por el sabor, el kippel de la materia sintética; ésta, de los alimentos transgénicos; y éstos, de los tercios de Mahou. Las cabezas de gamba tenían que ir en una bolsa aparte. Equivocarse podía resultar fatal. No es que se considerara delito, es que te iba la vida en ello.

Si los basureros detectaban una bolsa con elementos heterogéneos, estaban autorizados por ley para entrar en tu domicilio, coger a toda tu familia y echar a todos sus miembros, uno por uno, al camión de la basura. Luego, con la carne de estos terroristas internacionales se hacía un alimento especial que gustaba mucho a las ocas. El momento de la recogida era vivido con tensión por los socios, que escrutaban el rostro de los basureros tras las celosías. El aspecto de los basureros era sobrecogedor, con sus trajes herméticos de colores imperceptibles para el ojo humano y sus zapatos de charol.

A mí hace veinte, veinticinco siglos me dicen que la actividad de los basureros no se limita a la recogida de desperdicios, y que su asociación, además de hacer las veces de sindicato y partido político único, es la encargada de construir edificios, de fabricar casi todo tipo de objetos y de patrocinar la misa, y no me lo creo. Porque hay que decir que en aquel tiempo los basureros lo patrocinaban todo; llegaron incluso a patrocinar la misa cuando la existencia de marcianos acabó con la influencia social de la Iglesia católica. Cuando aparecieron los primeros marcianos, el cristiano de base se preguntó por qué Jesucristo había decidido ser terrícola y no marciano. ¡Como si los marcianos no fueran criaturas de Dios! Muchos socios católicos, que habían crecido considerándose los únicos habitantes del universo, se llevaron un chasco de la hostia, perdieron la fe, renegaron del olimpismo, y abrazaron otros credos.

Al Papa se le ocurrió a última hora el rollo ese de que los marcianos eran inferiores a los terrícolas y de que Dios los había puesto en el universo para que fueran nuestros esclavos. La maniobra dio resultado entre algunos cristianos de base. Antes de renunciar a su fe, estos socios se lo pensaron dos veces, ya que por un módico precio podían ver realizado el sueño de sus vidas y poseer dos criadas marcianas y un mayordomo de la misma raza, y además bendecidos por su religión.

Pero ni siquiera el renacimiento de la esclavitud logró restaurar a la Iglesia católica su antiguo poder. En Roma tenían problemas de liquidez muy serios. Lo habían intentado todo sin éxito; el Vaticano se había convertido en un paraíso fiscal, el lugar donde veraneaban las estrellas del celuloide.

La Cocacola ya le había propuesto a la Iglesia un contrato millonario por patrocinar las misas, y Roma, que estaba al borde de la suspensión de pagos, había aceptado lógicamente. Los obispos estaban dispuestos a cualquier cosa, incluso a pintar encima de sus históricos frescos el emblema del célebre refresco. Todo, antes que enfrentarse a otra huelga de curas. La anterior había sido salvaje, sin servicios mínimos ni nada; los socios se morían sin últimos óleos y se iban derechitos al infierno, un escándalo.

Tras firmarse el contrato, la Cocacola puso en funcionamiento a todo su equipo de investigadores en un intento de justificar la inversión. Al cabo de unos años Cocacola hizo públicas las conclusiones de un estudio según el cual la religión católica era más saludable que el deporte y prolongaba la vida del ser humano entre diez y veinte años, dependiendo de los dogmas en los que se creyese. La fe en la Santísima Trinidad, en la virginidad de María o en la Resurrección de la carne, que era lo más difícil, obligaba a tal esfuerzo de imaginación, que éste acababa operando de modo beneficioso en el funcionamiento del corazón y de las células del cerebro. Estaba todo muy bien pensado. Hasta que se descubrió todo el pastel: que la Cocacola y la Pepsicola además de ser la misma empresa, eran las verdaderas causantes del SIDA y del aborto. Eso fue el acabose.

(Continuará mañana)

Ignacio Escolar | Diciembre 5, 2006 12:48 PM


Comentarios

#1. Publicado por Los agujeros negros del alcalde - Diciembre 5, 2006 12:54 PM.

Es genial! Queremos el resto ya!!! XDDD

#2. Publicado por macandé - Diciembre 5, 2006 01:19 PM.

Moooola :)
Bienvenido sea el suplemento literario de escolar.net

Una pregunta: ¿qué derechos de copiar, imprimir, publicar en otros sitios, etc. cede el autor a los que vean la página? Tengo un colega un poco colgado que hace un fancín (¡¡en papel!! :$) y lo mismo le gusta para ponerlo, siempre y cuando esté bajo CC, claro


#3. Publicado por Nacho - Diciembre 5, 2006 01:27 PM.

Macandé, lo que diga el autor, que seguro que se pasa por aquí a leer los comentarios. De momento, el texto sigue siendo copyright Antonio Orejudo.

#4. Publicado por macandé - Diciembre 5, 2006 01:44 PM.

#3. Publicado por Nacho - Diciembre 5, 2006 01:27 PM
Gracias. Que sea lo que diga el autor. Y si lee esto, pues que muchas gracias por compartir su relato por este medio. Esperamos los siguientes capítulos, pero por ahora me parece bastante divertido. Me gusta.

#5. Publicado por Von Fede - Diciembre 5, 2006 01:52 PM.

Magnifico!!!

Que panzon de reir

#6. Publicado por enkil - Diciembre 5, 2006 02:48 PM.

Es muy bueno, si sigue el resto así hasta es digno de comprarse (a precio popular of course). Será un buen regalo de reyes muy friki. Un saludo.

#7. Publicado por bla - Diciembre 5, 2006 03:06 PM.

Pensé que era otra cosa, pero no, es la típica historia friki que comprarán los frikis de siempre.


#8. Publicado por FuzzyLogic - Diciembre 5, 2006 03:53 PM.

Tiene un toque a lo Eduardo Mendoza versus Frederik Pohl que me encanta. ¡Adelante con ello!.

#9. Publicado por nunila - Diciembre 5, 2006 04:03 PM.

Muy bueno.
Excelente idea la de colgarlo aquí.
Muchas gracias al Sr. Orejudo por compartirlo con los demás.

#10. Publicado por tartamundos trotamudo - Diciembre 5, 2006 04:14 PM.

Tiene muy buena pinta. Empieza muy divertido. Queremos más entregas.

#11. Publicado por Carlos Arrikitown - Diciembre 5, 2006 04:19 PM.

:))))

#12. Publicado por cád - Diciembre 5, 2006 07:07 PM.

Uuuuuh, Orejudo, le he leído "Historias de viajar en tren" y es un puntazo. "Reconstrucción" tampoco está mal.

Lo seguiré con interés.

#13. Publicado por ostap - Diciembre 5, 2006 07:53 PM.

HOYGA Don Javier, sea puntual con las entregas, que me tiene en ascuas. GRASIAS DE HANTEMANO.

#14. Publicado por otro - Diciembre 6, 2006 09:43 AM.

Muy divertido ;)

Ahora sólo hace falta que vengan aquí los carcatólicos a los que tanto queremos y amenacen con denunciar a Antonio por atentar contra la libertad de religión XD

¿Convivencia entre Fumadores y No-Fumadores? Esto no me lo pierdo.

#15. Publicado por enhiro - Diciembre 6, 2006 11:47 AM.

algo que nunca podrás hacer tú con tu coche, por muy potente y descapotable que sea.

Que hable por él, yo con mi Delorean con Condensador de Fluzo viajo en el tiempo donde me da la gana.

#16. Publicado por C - Diciembre 6, 2006 11:49 AM.

Maravilloso. Hace años leí sus "pequeñas narraciones por historias" que me parecieron fantásticas. Tambien "ventajas de viajar en tren". Una sorpresa muy agradable encontrarle aquí.

#17. Publicado por Federxxx - Diciembre 6, 2006 03:51 PM.

Espero los últimos capitulos para terminar de leer. lástima q está lleno d blogs con este tipo de escritores. x el momento bastante lindo che.

#18. Publicado por SENCO - Diciembre 6, 2006 10:09 PM.

Jejeje... yo tengo el librito. Me lo dieron gratis en la Estación Intermodal de Almería. Ya os contaré el final.... jejeje. Un saludo, Nacho.

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